La experiencia de “Casa Nómada” como propuesta de educación ambiental desde la ciencia y arte en la Ciudad de México[1]

 

 

Hortencia Guarneros- Manoatl[2]

Colegio de Postgraduados, México*

 

Mabel Arellano- Luna[3]

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México

 

*Autor de correspondencia: guarneros.hortencia@colpos.mx

 

Guarneros, H. & Arellano, M. (2025). La experiencia de “Casa Nómada” como propuesta de educación ambiental desde la ciencia y arte en la Ciudad de México. Revista Investigium IRE: Ciencias Sociales y Humanas, 16(1), 209-233. doi: https://doi.org/10.15658/INVESTIGIUMIRE.251601.09

 

 

Recibido: 30 de septiembre  de 2024 | Revisado: 10  de noviembre de 2024 | Aceptado: 15 de diciembre  de 2024

 

Resumen: La Cultura Viva Comunitaria es un enfoque que busca la reestructuración de tejido social mediante la gestión de la cultura y las artes. Esta abarca proyectos propuestos por diversas organizaciones y colectivos independientes preocupados por problemáticas socioambientales. En este trabajo se presenta la experiencia del Colectivo “Casa Nómada” desde su fundación en 2018 hasta el 2021 como parte del Programa Colectivos Culturales Comunitarios, impulsado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. El objetivo es mostrar la importancia de este programa gubernamental y su relación con la educación ambiental, a partir del trabajo de Casa Nómada y su enfoque constructivista mediante la ciencia y el arte. La metodología utilizada fue la Investigación-Acción-Participativa a partir de talleres comunitarios en la Delegación Benito Juárez y áreas aledañas. Los resultados muestran que estas experiencias fomentan la cohesión social y la búsqueda de soluciones a problemáticas ambientales en áreas urbanas. Se concluye que, el programa fortalece los vínculos comunitarios; sin embargo, es necesario replantear los lineamientos operativos, ya que su valoración se centra en el ámbito administrativo y limita los alcances en temas ambientales de relevancia para los participantes.

 

Palabras clave: educación, gestión cultural (Tesauros); cohesión social, cultura viva comunitaria, socioambiental (palabras de los autores).

 

The Experience of "Casa Nómada" as an Environmental Education Proposal through Science and Art in Mexico City

Abstract: Community Living Culture is an approach that seeks to rebuild the social fabric through management of culture and the arts. It encompasses projects promoted by various organizations and independent collectives concerned about socio-environmental issues. This paper presents the experience of the "Casa Nómada" Collective, from its foundation in 2018 until 2021, as part of the Community-based Cultural Collectives Program promoted by the Ministry of Culture of Mexico City. The aim is to highlight the importance of this governmental program and its connection to environmental education. The analysis focuses on the work carried out by Casa Nómada through its constructivist approach that integrates science and art. The methodology employed was Participatory Action Research, developed through community workshops in the Benito Juárez district and surrounding areas. The findings show that these experiences foster social cohesion and the pursuit of solutions to environmental challenges in urban contexts. It is concluded that the program strengthens community bonds; however, it is necessary to reconsider its operational guidelines, since its evaluation framework remains primarily administrative and thus limits its scope regarding environmental issues of relevance to participants.

Keywords: education, cultural management (thesaurus terms); social cohesion, community living culture, socio-environmental (author terms).

 

A experiência da “Casa Nómada” como proposta de educação ambiental a partir da ciência e da arte na Cidade do México

Resumo: A Cultura Viva Comunitária é uma abordagem que busca a reestruturação do tecido social por meio da gestão da cultura e das artes. Ela abrange projetos propostos por diversas organizações e coletivos independentes preocupados com problemáticas socioambientais. Este trabalho apresenta a experiência do Coletivo “Casa Nómada” desde sua fundação em 2018 até 2021, como parte do Programa Coletivos Culturais Comunitários, impulsionado pela Secretaria de Cultura da Cidade do México. O objetivo é mostrar a importância desse programa governamental e sua relação com a educação ambiental, a partir do trabalho da Casa Nómada e de seu enfoque construtivista por meio da ciência e da arte. A metodologia utilizada foi a Pesquisa-Ação-Participativa, a partir de oficinas comunitárias na Delegação Benito Juárez e áreas vizinhas. Os resultados mostram que essas experiências fomentam a coesão social e a busca de soluções para problemáticas ambientais em áreas urbanas. Conclui-se que o programa fortalece os vínculos comunitários; no entanto, é necessário repensar as diretrizes operacionais, já que sua avaliação se concentra no âmbito administrativo e limita os alcances em temas ambientais de relevância para os participantes.

Palavras-chave: educação, gestão cultural (Tesauros); coesão social, cultura viva comunitária, socioambiental (palavras dos autores)

 

Introducción

 

La gestión cultural en México posee dos vertientes: una de ellas se ejecuta de manera independiente a partir de artistas, colectivos, asociaciones civiles y otras agrupaciones. Por otro lado, se encuentra aquella que está inserta en dependencias gubernamentales estatales y los programas que derivan de ello. La naturaleza de ambas propuestas es diversa, dentro de sus estrategias aborda actividades lúdicas, artísticas, ambientales y educativas, las cuales fortalecen y reestructuran el tejido social de cada territorio (Guerra, 2016). Sin embargo, la mayor parte del apoyo económico hacia estas actividades se centran en el área institucional de dependencias o grupos formalmente constituidos, lo que limita las oportunidades en el desarrollo de agrupaciones de base comunitaria sin constitución legal. Este hecho deja de lado el trabajo de estas organizaciones y los aportes culturales en áreas prioritarias, donde la centralización operativa de los programas no está presente o no se alinea a los contextos del territorio.

 

La relevancia del aporte cultural en un espacio permite fortalecer la identidad, la estructura organizacional y el fomento reflexivo sobre las problemáticas sociales, ambientales y políticas en el área. La cultura es una dimensión dentro del desarrollo sustentable, su promoción tiene relación con los medios de apropiación y manejo de los recursos naturales (Cantú-Martínez, 2018). Así como los mecanismos de conservación y la percepción de estas tareas dentro de las comunidades. El impulso sobre los programas permite la democratización de estas actividades entre la población, además de fomentar espacios participativos que favorezcan la expresión creativa (Aguilar y Pacheco, 2020). Por ello, es importante conocer tanto el trabajo como el enfoque de organizaciones no constituidas como promotores culturales y educativos impulsados desde la autogestión. La finalidad de este hecho es potenciar los alcances de las actividades asociadas al desarrollo humano, así como iniciativas ambientales que parten de necesidades específicas e incorporan nuevos enfoques educativos.

 

En la Ciudad de México, uno de los sectores encargados de la difusión de estas acciones es la Secretaría de Cultura. Dicha dependencia se encarga del manejo de recursos financieros que son repartidos en 16 alcaldías: Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa de Morelos, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, La Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, Venustiano Carranza y Xochimilco (INEGI, 2020). La gestión económica que promueve esta secretaría parte del presupuesto federal y se reparte entre los diferentes centros culturales que se encuentran alrededor de todas las alcaldías mencionadas. Así como festivales y actividades que derivan de éstas y cuentan con locaciones específicas dentro de la ciudad (Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, 2024).

 

En 2018, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum Pardo retomó algunos de los proyectos iniciados durante su estancia como alcaldesa de la delegación Tlalpan. En el 2017 se puso en operación el Programa de Colectivos Culturales Tlalpan, en el que se destacó la necesidad de estrategias institucionales que involucraran a la sociedad, así como actividades comunitarias que fomentaron la construcción de escenarios protagónicos para el arte, donde los principales gestores fueron los colectivos, artistas y creadores que radicaban en dichas demarcaciones territoriales. La finalidad de esta iniciativa fue la consolidación de actores culturales a través de una agenda que permitiera la construcción de redes de trabajo, el acompañamiento a procesos organizativos, la promoción de los derechos culturales e intercambio de experiencias que favorecieran la inclusión social.

 

En 2019, a partir del programa anterior, se generó el proyecto de Colectivos Culturales Comunitarios en las 16 alcaldías de la CDMX. La meta de este programa fue beneficiar proyectos culturales y educativos propuestos por la sociedad civil, con el propósito de generar procesos comunitarios de larga duración, así como promover los derechos culturales de las y los habitantes de la Ciudad de México (Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, 2024).

 

Este programa fue una propuesta de trabajo de carácter territorial. En él se destacó la cooperación de agrupaciones locales que contaban con esquemas de integración grupal como parte de sus ejes de acción, además de trabajo previo con los habitantes de las colonias donde ejercían sus actividades, lo que les permitía contar con el reconocimiento social en sus áreas de incidencia, aunque no se contara con una conformación legal.

 

El programa gubernamental incluyó a cuatro coordinadores territoriales y 30 gestores culturales comunitarios, así como un total de 300 colectivos comunitarios con propuestas artístico-culturales distribuidas en todas las alcaldías de Ciudad de México, lo que favoreció el acceso a los habitantes de colonias con alto grado de marginación. Los ejes de participación en este programa fueron 13, pero esta investigación se centró en el eje de divulgación de ciencia a cargo del colectivo “Casa Nómada” en la Delegación Benito Juárez y áreas aledañas.

 

El colectivo Casa Nómada se constituyó desde 2018 como un espacio autogestivo que reunía a diversos artistas e iniciativas asociadas al desarrollo humano, en las que se incluían propuestas educativas y de cuidado ambiental. Sin embargo, es en el período de 2019 a 2021 cuando la agrupación logró un financiamiento económico a cargo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. La agrupación se caracterizó por tener un enfoque interdisciplinario, ya que sus integrantes provenían de diferentes ramas académicas (ciencias exactas y artísticas).

 

La pluralidad de visiones del colectivo fue un eje que modeló sus procesos de intervención y acción con la población atendida. El objetivo de este trabajo es mostrar la importancia del programa Colectivos Culturales Comunitarios, a partir del trabajo del colectivo Casa Nómada y su enfoque constructivista mediante la ciencia y el arte dentro de la educación ambiental. Por ende, se elaboró un desglose del esquema de trabajo, las problemáticas socioambientales abordadas y los alcances logrados en términos de educación no formal y reconstrucción de tejido social.

 

Las actividades de Casa Nómada muestran las herramientas participativas utilizadas para la conformación de espacios comunitarios dentro de áreas urbanas como lo es la Ciudad de México. En esta se resaltaron las dificultades de grandes megalópolis, tales como, los limitados espacios verdes, la falta de gestión de residuos sólidos orgánicos, escasez de agua, etc. Guarneros-Manoatl y Arellano-Luna (2023) mencionan que los modelos de planificación centrados en la multidisciplina pueden establecer un componente teórico, que parte de las ciencias biológicas, y otro práctico, desde el área artística. Lo que posibilita las alternativas de interacción dentro de los talleres, además de estimular la creatividad de los participantes e incentivar diversos modelos cognitivos de enseñanza.

 

Se debe resaltar que este tipo de gestión cultural parte de los grupos existentes en las áreas de incidencia, por lo que permite la descentralización de los agentes culturales y la incorporación de nuevos esquemas operativos dentro de la difusión de actividades. Las acciones que se resaltan en esta política son el reconocimiento formal hacia los grupos sociales presentes en un territorio. Además de la pluralidad de ejes de trabajo que posibilitan la inclusión de diferentes ramas de conocimiento y actividades en cada demarcación territorial. En este esquema, se modifican las directrices operativas para permitir el otorgamiento de subsidios económicos a estos grupos, lo que garantiza el apoyo a nuevas propuestas que aborden problemáticas sociales y ambientales en las alcaldías de la Ciudad de México.

 

 

Marco teórico

 

Casa Nómada inserta su trabajo en el impulso de la “cultura viva comunitaria”, definida como un movimiento iberoamericano basado en iniciativas gubernamentales que apuestan a la cultura como un vínculo para modificar realidades, reconocer y potenciar las iniciativas que buscan la transformación social de las comunidades (Guarneros-Manoatl y Arellano-Luna, 2023). Las intervenciones que persigue este movimiento se basan en procesos participativos con la intención de mejorar la vida de la población. De esta forma, la cultura viva comunitaria hace referencia a las necesidades comunes que surgen del imaginario social y las problemáticas que comparten los habitantes dentro de un espacio (Santini, 2017).

 

Las primeras experiencias de este enfoque surgieron con la formación de los Puntos de Cultura en Brasil, donde se transformó la política de Estado de este país en 2014. Lo que da origen a los conceptos de “Estado-red” de Manuel Castells y “Estado ampliado” de Antonio Gramsci, los cuales hacen énfasis en las entidades o colectivos culturales reconocidos y certificados por el gobierno federal, como base para la gestión cultural de abajo hacia arriba (Turino, 2013). Este modelo de política pública reconoce la importancia de la cultura producida en cada localidad, por lo que favorece las expresiones artísticas, organizativas y educativas que nacen desde la comunidad, priorizando así su autonomía y protagonismo social. La gestión cultural desde esta perspectiva presenta un rol político, ya que no solo expresa la diversidad de manifestaciones que existen en un espacio común, sino que posibilita el intercambio de experiencias entre los agentes culturales y la población civil. Además de permitir el diálogo respecto a los retos que enfrentan los habitantes y su capacidad para hacer frente desde sus propias trincheras. Estas formas de accionar, hacen énfasis en recuperar el valor de la acción colectiva, dado que permiten poner en discusión la importancia de lo común y lo público dando un papel protagónico a la gente (Aguilar y Pacheco, 2022).

 

El Programa Colectivos Culturales Comunitarios en Ciudad de México surgió en este marco, su constitución, lineamientos operativos y desarrollo priorizo los principios de la cultura viva comunitaria. El programa refleja un salto dentro de la gestión cultural, ya que por primera vez se establece la difusión de actividades fuera de las instituciones que centralizan estas iniciativas, mismas que albergan nuevas propuestas y generan la apropiación de nuevos espacios públicos (Gaceta Oficial de la Ciudad de México, 2019). La pluralidad dentro de las propuestas muestra la diversidad de necesidades dentro de la Ciudad de México, así como las estrategias de trabajo de cada una de las organizaciones. Esta propuesta plantea retos en el diseño y la planificación de programas dentro de la educación, tanto artística como ambiental, y en la gestión cultural, ya que, en la mayoría de las ocasiones, se homogeniza la operatividad de estos programas (Guarneros-Manoatl y Arellano-Luna, 2023).

 

La visión integral del proyecto Colectivos Culturales Comunitarios CDMX permitió fortalecer el trabajo intersectorial y la colaboración entre redes territoriales de organizaciones no institucionalizadas (Mata, 2023). El trabajo de Casa Nómada se centró en la divulgación científica desde los temas ambientales de interés para la población atendida. En estas acciones se resaltó la preocupación de los habitantes respecto a la gestión de recursos naturales y la dinámica social que enfrentan, debido a los altos índices de contaminación ambiental. Las inquietudes tienen relación con la gentrificación de la ciudad, por lo que el interés radicó en la búsqueda de soluciones desde el contexto en el que se desarrollan y la percepción de los principales afectados. Por ende, el modelo de cultura viva comunitaria hace mención a la política cultural desde los agentes de cambio social y la atención a necesidades prioritarias desde la educación no formal. 

 

La ciencia y el arte desde el enfoque constructivista en la educación ambiental

 

La educación ambiental (EA) ha sido definida por Terrón (2019), como el conocimiento socializado desde las escuelas mediante la participación de estudiantes. Su objetivo es afrontar los problemas ambientales mediante valores que garanticen un medio ambiente saludable para las generaciones futuras (Quintero-Romero, 2023). Valderrama y Ruiz (2019) mencionan que este concepto tiene puntos clave dentro de los planes de acción para generar interés en la protección de las áreas geográficas que habitan.

 

La perspectiva educativa planteada promueve escenarios que garantizan la conservación de los bienes y servicios naturales, además de proponer acciones que faciliten su disponibilidad y acceso a lo largo del tiempo (Cruz-Visa, 2022). Aunque dichas visiones suelen estar limitadas al ámbito institucional, la educación ambiental puede clasificarse en cuatro tipos: formal, no formal, informal y comunitaria. Esta clasificación otorga protagonismo a las propuestas no escolarizadas, ya que permiten mayor flexibilidad en los procesos de enseñanza y favorecen la integración de personas de diferentes edades.

 

En términos de educación ambiental, las propuestas que muestran la crisis climática asociada a los servicios ambientales proporcionan un punto de partida para generar acciones y subsanar estos desequilibrios (Luna-Krauletz et al., 2020). Además de encaminar los procesos de enseñanza a los cambios de hábitos y comportamientos que permitan la conservación de los recursos naturales y los esquemas de sostenibilidad en el manejo, transformación y aprovechamiento de los recursos (González-López y López-Garay, 2024).

 

En el caso de la educación no formal, su enfoque se relaciona con el construccionismo sociocultural, el cual destaca la influencia que existe entre los conocimientos adquiridos y la dimensión social desde donde se produce el aprendizaje. Esta corriente sostiene que la construcción de significados en un entorno está vinculada con una estructura intencionada, desde la cual se establecen los conocimientos y las formas en que asociamos ese aprendizaje (Serrano-González y Pons-Parra, 2011).

 

A través de las relaciones sociales ocurre la co-construcción del conocimiento, a partir de actividades colectivas en las que se reflejan simbólicamente los aprendizajes individuales, asimilados mediante la interacción social. Esta perspectiva evidencia que el desarrollo del constructivismo en la educación ambiental reconoce las múltiples formas de interacción como un componente esencial del aprendizaje (Chávez-Vizcarra, 2023).

 

Desde esta visión, la corriente constructivista plantea una relación dialógica entre docentes y estudiantes, en la que el intercambio constante permite alcanzar una síntesis productiva de los contenidos abordados, lo cual favorece un aprendizaje significativo. Además, se reconoce un enfoque bidireccional en el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como la importancia de diversos recursos que facilitan esta tarea, como la ciencia y el arte, concebidos como modelos de acción.

 

La enseñanza constructivista es capaz de generar aprendizaje incidiendo sobre las experiencias previas que hacen referencia a aspectos teóricos que engloba la dimensión científica y artística (Moreno, 2007). El modelo de aprendizaje propuesto permite la convivencia con el objeto de aprendizaje y la reflexión generada en la praxis. Freire (2006) describe esta interacción al plantear que el ser humano aprende por medio de las vivencias y de la reflexión subjetiva y objetiva que ellas implican, aspectos que se relacionan con los procedimientos inmersos en el modelo educativo y su vínculo con la educación experiencial (Moreno, 2007). En esta propuesta, Casa Nómada asoció sus modelos participativos mediante la enseñanza-aprendizaje desde la co-creación del conocimiento de los participantes, es decir, a través de sus experiencias y vivencias en torno a los temas abordados. En este componente se resaltó la experiencia vivencial de cada uno de los participantes, a través de la cual se establece una relación entre el conocimiento empírico y el conocimiento construido en cada sesión.

 

 

 

 

 

Materiales y métodos

 

Área de estudio

 

La investigación se desarrolló en la Alcaldía Benito Juárez ubicada en la Ciudad de México. La Alcaldía se encuentra en la región central de la ciudad y ocupa 26.63 km² a 2,232 msnm. Limita al norte con las Alcaldías Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc; al poniente con Álvaro Obregón, al sur con Coyoacán y al oriente con la Alcaldías Iztacalco e Iztapalapa. La población total de Benito Juárez fue de 434,153 habitantes en 2020, siendo 53.4% mujeres y 46.6% hombres. Los rangos de edad que concentran mayor población fueron de 35 a 39 años (42,967 habitantes), 30 a 34 años (45,187 habitantes) y 25 a 29 años (37,175 habitantes) según datos del INEGI (2020). Aunque la sede del colectivo Casa Nómada se encontraba en esta delegación, los participantes de las actividades provenían de diversas Alcaldías aledañas, así como del Estado de México.

 

Tipo de investigación

 

El enfoque del Colectivo Casa Nómada se basó en la investigación-acción-participativa, centrada principalmente en talleres comunitarios. Estos se diseñaron desde las inquietudes y problemáticas de la Alcaldía Benito Juárez, lo que permitió realizar diferentes procedimientos operacionales, organizativos y pedagógicos con la finalidad de adquirir conocimiento útil para la población. Las etapas presentes dentro de este tipo de enfoque distinguen cuatro momentos (Zapata y Rondán, 2016):

 

  1. Diagnóstico: Se determinaron las principales problemáticas e inquietudes del área, de acuerdo con los comentarios de los pobladores de la Alcaldía Benito Juárez a partir de entrevistas semiestructuradas. Estas se realizaron dentro de las instalaciones del Jardín Santiago Xicoténcatl que se encuentra en la colonia Álamos entre las calles Isabel la Católica y Castilla.

El muestreo fue de tipo no probabilístico por conveniencia, en este se incorporó a un total de 30 personas que eran habitantes de la colonia Álamos (n=30) y que conocían las actividades del colectivo. El número de muestras fue definido por las reglas operacionales del programa, en el que se solicitaba este requisito para validar la propuesta de intervención. El rango de edad de los participantes fue de 25 a 59 años, con una distribución de género de 55% hombres y 45% mujeres. La entrevista se dividió en tres secciones: a) actividades culturales de interés para público en general, b) actividades de interés encaminadas a la ciencia y el cuidado ambiental y c) una sección abierta sobre las principales preocupaciones ambientales en el área.

2)      Planificación: La planificación de actividades definió el diseño de los talleres de acuerdo con los datos recopilados en las entrevistas. Además de tomar en cuenta los horarios en los que la población consideraba viable llevar a cabo las actividades. Esta etapa permitió visualizar las posibles alianzas con diferentes organizaciones y grupos locales que maximizaran el impacto de las acciones.

3)      Acción: Se centró en actividades de incidencia a partir de los talleres desarrollados de manera mensual. Así como metas específicas que pudieran dar continuidad al proyecto desde al ámbito administrativo y logístico (difusión de actividades por diferentes medios digitales).

4)      Evaluación: Esta etapa planteó la valoración de los alcances del proyecto, tanto en términos operativos como en los aprendizajes alcanzados por los participantes. Así como el grado de autonomía que logró el colectivo en términos económicos y la constitución de redes de colaboradores con actores locales pertenecientes a la colonia.

 

Estrategia metodológica

 

Los resultados obtenidos en la fase diagnóstica permitieron modelar talleres participativos, cuya temática se centraba en iniciativas ambientales que los pobladores consideraban prioritarios en la Demarcación Benito Juárez. La planificación de cada taller presentó elementos teóricos que partían de las ciencias ambientales, complementados con estrategias y técnicas artísticas que facilitaron la comprensión de la información, así como la asimilación de los conocimientos.

 

 

Resultados y discusión

 

Los principales intereses desde el ámbito cultural y artístico de los 30 entrevistados fueron: pintura (62%), dibujo (58%), bordado y creación de muñecas (21%), ilustración (15%) y grabado (10%). En el caso de los intereses que responden a las actividades ambientales se resalta la creación de huertos urbanos (71%), reciclaje (55%), cultivos hidropónicos (49%), lombricomposta (21%), granjas de crianza de insectos (18%) y fabricación de productos cosméticos (18%). Las respuestas mencionadas surgen debido a que dentro de la colonia no existen actividades de este tipo, ya que se han priorizado actividades deportivas.

 

Respecto a los problemas observados dentro de la colonia Álamos se resalta el crecimiento demográfico acelerado, la acumulación de basura en áreas comunes y la necesidad de fomentar más espacios verdes que permitan la convivencia entre los vecinos. De acuerdo con los resultados, se propusieron y desarrollaron las actividades de la Tabla 1, como parte del proyecto de Colectivos Culturales Comunitarios realizados de 2019 a 2021, a cargo de Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y las integrantes del Colectivo Casa Nómada.

 

Tabla 1

Elementos esenciales de la propuesta de divulgación científica y artística

Nombre del proyecto

Talleres

Número de sesiones

Técnicas artísticas

Divulgación de la ciencia y el arte a través de la cultura (2019)

  1. Ilustración Textil
  2. Huerto urbano
  3. Ciencia y arte para niños

11 sesiones mensuales por taller, de dos horas cada sesión con un total de 33 sesiones por los 3 talleres.

Textil, pintura y grabado.

Imaginario botánico: el arte como intérprete del quehacer científico (2020)

 

1 taller dividido en módulos.

Módulo 1. Arte-objeto

Módulo 2. Ecosistemas

Módulo 3. Tintes naturales y plantas medicinales

Módulo 4. Polinizadores y dispersores.

30 sesiones quincenales con una duración de tres horas cada sesión.

Reciclaje, fotografía, extracción de tinturas naturales y dibujo con lápices de color.

Miradas territoriales: arte y biodiversidad (2021)

 

1 taller dividido en módulos

Módulo 1. Diversidad

Módulo 2. Huerto agrodiverso

Módulo 3. Apropiación del territorio.

30 sesiones quincenales con una duración de tres horas cada sesión.

 

Collage, pintura (acrílico), dibujo (grafito), prensado de plantas.

Nota. Fuente: Elaboración propia a partir de las actividades del colectivo Casa Nómada.

 

La logística del apoyo gubernamental constituyó una fuente primordial para que los talleres se ofertaran de forma gratuita. Otro apoyo fundamental para potenciar estas actividades fue el trabajo colaborativo con otros grupos autónomos, colectivos y organizaciones no gubernamentales que pertenecían a otras alcaldías. Mata (2023) menciona que, aunque los grupos culturales independientes cuentan con autonomía económica y organizativa, el apoyo por parte del Estado puede fortalecer los alcances en términos de difusión, además de formalizar la figura que estos grupos tienen dentro de los territorios. A su vez, Guarneros-Manoatl y Arellano-Luna (2023) proponen que la red de trabajo permite el intercambio de estrategias para consolidar organizaciones vecinales dentro de las colonias urbanas, ámbito que permite resarcir los conflictos que enfrenta la ciudad desde el diálogo en espacios comunes.

 

Educación ambiental comunitaria desde la ciencia y el arte

 

La educación ambiental desde la perspectiva comunitaria permite que los grupos de incidencia fortalezcan sus acciones dentro de los espacios de trabajo. Es decir, no solo se plantea un esquema pedagógico asociado a la educación ambiental no formal, sino que fortalece la organización de los grupos de base comunitaria. Álvaro (2010) menciona que la Cultura Viva Comunitaria permite que a la par del desarrollo de actividades culturales, recreativas y educativas, se puedan generar mecanismos internos de resolución de conflictos, procesos articulados por consenso para tomar acuerdos, además de referir las normas y códigos que rigen el funcionamiento de los grupos de trabajo. Los proyectos generados desde este marco se describen a continuación, así como los principales alcances de cada uno (Tabla 2).

 

a)      Divulgación de la ciencia y el arte a través de la cultura (2019)

 

El proyecto se estructuró en dos talleres acordes al perfil de cada una de las integrantes del Colectivo, y un taller planificado desde la sinergia de ambos perfiles. La educación ambiental y construcción de comunidad en este proyecto tuvo tres ejes: huerto urbano, ilustración textil y divulgación de ciencia y arte para niños. Este último contó con la colaboración de la Escuela primaria Leonismo Internacional, ubicada dentro de la colonia Álamos en la alcaldía Benito Juárez. Las actividades permitieron el intercambio entre educadores formales (profesores de la primaria) y no formales (miembros del colectivo), además de consolidar temas específicos para la creación de huertos comunitarios y formas de disminuir los residuos orgánicos a partir de técnicas de compostaje. Este primer proyecto dio a conocer formalmente el trabajo del colectivo e integrar mecanismos de participación con los vecinos. El mayor porcentaje de público atendido fue en su mayoría población infantil con un rango de edad entre 9 y 11 años.

 

b)      Imaginario botánico (2020)

 

El proyecto se estructuró de manera presencial; sin embargo, debido a la contingencia sanitaria las actividades se desarrollaron en formato virtual, por lo que se tuvieron que realizar diversas adecuaciones, tanto en la metodología educativa como en la propuesta de técnicas de producción. El promedio de asistentes fue de 10 a 15 personas con edades entre 20 y 30 años, en su mayoría mujeres. El taller abordó conceptos y principios básicos de botánica, a partir de los cuales se elaboraron piezas artísticas. La dinámica de este taller incorporó diversas técnicas plásticas durante cada módulo de manera individual y los resultados se compartieron de forma grupal con los participantes.

 

c)      Miradas territoriales: arte y biodiversidad (2021)

 

Las sesiones de este taller se abordaron en formato virtual e incorporaron un evento de cierre de forma presencial en las instalaciones del Centro Cultural El Rule en CDMX. El promedio de asistentes fue de 15 personas por sesión, con una edad aproximada de 20 a 40 años. Los temas se centraron en construir una visión plural sobre la concepción territorial de cada participante y la diversidad de ecosistemas y culturas en torno a México. El evento de cierre se llevó a cabo por parte del colectivo en colaboración con la A.C Trazos Latinoamérica y la artista plástica Georgina Santos. La finalidad de la colaboración fue abonar miradas desde otros ámbitos; en este evento participaron alrededor de 50 personas.

 

Tabla 2

Principales alcances en educación ambiental a partir de la ciencia y el arte

Nombre del proyecto

Alcances

Divulgación de la ciencia y el arte a través de la cultura (2019)

Huerto urbano

       Fomento de espacios colaborativos entre los vecinos.

       Valoración del papel de los campesinos dentro de la seguridad alimentaria.

       Comprensión sobre la producción de alimentos y las dificultades en la agricultura.

       Construcción de conocimiento teórico-práctico sobre el cuidado de las plantas.

       Reproducción de las prácticas dentro de los hogares de los participantes.

Ilustración textil

       Construcción de espacios reflexivos y de diálogo entre los participantes, lo que permite la convivencia entre los vecinos.

       Producción de conocimiento teórico-práctico sobre procesos textiles.

Ciencia y arte para niños

       Colaboración entre educadores formales y no formales (Primaria Leonismo Internacional, Casa Nómada).

       Desarrollo de herramientas participativas que permitan la comprensión de conceptos técnicos de las áreas biológicas.

       Incorporación de niños como agentes de cambio social dentro de la educación ambiental.

       Desarrollo de habilidades motrices.

       Diseño de ecosistemas desde la producción de grabados.

Imaginario botánico (2020): el arte como intérprete del quehacer científico

 

Módulo 1. Arte-objeto

       Implementación de reciclaje y reutilización de materiales.

       Disminución de residuos orgánicos e inorgánicos en los hogares de los participantes.

Módulo 2. Ecosistemas

       Reconocer la función y aprovechamiento de plantas medicinales.

       Plantear la función de los recursos naturales dentro de los medios de vida de las comunidades.

Módulo 3. Tintes naturales y plantas medicinales

       Reconocer el conocimiento tradicional de las plantas.

       Intercambiar conocimiento sobre la forma de aprovechamiento de plantas nativas.

       Explorar técnicas de teñido con tintes naturales.

Módulo 4. Polinizadores y dispersores.

       Conocer la función de los polinizadores, así como las medidas de conservación.

       Aprender sobre arte contemporáneo y estudios de arte.

Miradas territoriales: arte y biodiversidad (2021)

 

Módulo 1. Diversidad

       Reconocer los diversos ecosistemas y recursos naturales que tiene el país.

       Integrar la diversidad cultural dentro de Ciudad de México.

Módulo 2. Huerto agrodiverso

       Reconocer la importancia de las prácticas agroecológicas.

       Relacionar los productos del huerto y la alimentación.

Módulo 3. Apropiación del territorio

       Reconocer la pluralidad de visiones dentro de un mismo territorio.

       Fomentar los espacios colectivos de convivencia.

       Aprender sobre composición y teorías del color que pueden ser replicadas en otras actividades.

       Aprender sobre técnicas artísticas como dibujo y pintura.

Nota. Fuente: elaboración propia a partir del desarrollo de talleres participativos del colectivo Casa Nómada.

 

Las propuestas descritas no solo inciden en la conciencia sobre las problemáticas actuales en la Alcaldía Benito Juárez, sino que los talleres también permitieron replicar algunas de estas técnicas dentro de los hogares de los participantes. Esta característica demuestra que los modelos educativos de intervención no se limitan exclusivamente a espacios formales de enseñanza, sino que son transformados y apropiados a partir de los múltiples contextos, vivencias y conocimientos a los que los participantes están expuestos (Serrano-González y Pons-Parra, 2011). Por ello, es fundamental conocer e impulsar diferentes enfoques que posibiliten el desarrollo de capacidades a nivel territorial desde los programas gubernamentales.

 

La ejecución ininterrumpida de los tres proyectos descritos permitió fortalecer un espacio colaborativo entre vecinos de la colonia Álamos, además de reactivar el dinamismo del grupo comunitario Casa Nómada. Este intercambio de conocimientos y cruce de saberes entre talleristas y participantes dio pie a la reflexión sobre otras acciones que podrían impulsarse en la delegación, al tiempo que permitió visibilizar esquemas de trabajo que combinan la autogestión con fondos federales provenientes de programas gubernamentales. La sinergia y el diseño de los proyectos ejecutados por el colectivo Casa Nómada evidencian estrategias educativas que integran enfoques científicos y artísticos. Sauvé (2010) reconoce la función social de la ciencia como refuerzo y reflejo de valores consensuales que son compartidos en un espacio e impulsados desde las artes. De ahí el planteamiento de proyectos que permitan la transformación social, de la mano con perspectivas que involucren a diferentes campos de conocimiento.

 

Para los participantes fue muy importante la apropiación de significados, desde los diferentes niveles de conocimiento, dado que les permitió comprender las complejidades de sus contextos. Al mismo tiempo, esto motivó a desarrollar y visibilizar sus capacidades, entre las que se encuentran: talento artístico, soluciones creativas, desarrollo de miradas críticas y formas de redireccionar los complejos problemas sociales desde su aportación y comprensión. Tal como lo menciona Turino (2013), el enfoque de la cultura viva comunitaria no solo posibilita la gestión cultural, sino también el desarrollo de habilidades y conocimientos individuales que permean sobre el ámbito colectivo y son capaces de transformar la realidad.

 

El arte posibilita el análisis y proyección de diversos conceptos desde el ámbito educativo, las imágenes sirven como herramientas visuales y permiten hacer factible la interacción de la gente con conceptos complejos. Además, facilita la comunicación de procesos técnicos y converge con la posibilidad de democratizar los espacios de divulgación científica. Serón (2019) remite que la enseñanza y el arte generan “una encrucijada estética del conocimiento” en las que se reflejan experiencias plásticas y visuales que fungen como modelos de reflexión y aprendizaje. En este caso, el método de trabajo permitió que Casa Nómada abordara problemas socio-ambientales desde la experiencia compleja de las realidades que compartían los participantes, a partir de una mirada artística que involucra la cultura y el conocimiento. La propuesta del colectivo inserta problemáticas socio-culturales que abordan el deterioro ambiental y los procesos implícitos en este hecho. Su propósito es la reflexión de los participantes respecto a nuevas formas de interactuar con la naturaleza. Estas visiones implican ver a los recursos naturales desde un ámbito distinto a la explotación. Es decir, situar a la naturaleza no solo como fuente de materias primas (González-López, y López-Garay 2024).

 

Para Serón (2019), el ámbito científico apela a la simplicidad y racionalidad de los conceptos, sin la necesidad de que estos carezcan de creatividad y belleza estética. La perspectiva de la divulgación de ciencia muestra que existen instrumentos metodológicos que posibilitan una comprensión de fenómenos naturales, incluso para los que no están familiarizados con ellos. Es decir, muestran los procesos técnicos desde una visión menos compleja, en la que los ejercicios de pensamiento pueden ser relacionados con prácticas como la pintura, el dibujo, la fotografía, etc. Desde esta perspectiva, los participantes realizaron propuestas creativas de producción en las que tomaron como “inspiración” las formas y patrones visuales de la ciencia. Este planteamiento muestra la posibilidad de articular la educación ambiental desde el ámbito no formal, tomando como estrategia la combinación de múltiples disciplinas que incentiven la participación, como es el caso de las técnicas artísticas.

 

Evaluación de los alcances del trabajo del Colectivo Casa Nómada

 

Los alcances del programa Colectivos Culturales Comunitarios permitió incentivar las propuestas de educación ambiental y la articulación de modelos basados en la cultura viva comunitaria. El 70% de la población atendida puso en operación lo aprendido dentro de sus hogares, sobre todo respecto a la implementación de temas de huerto urbano. En este sentido, el colectivo mantuvo asesoría a distancia a partir de redes sociales para que compartieran sus alcances y se clarifican las dudas. El 90% de los participantes consideró que la atención por parte del colectivo había sido satisfactoria. Entre las acciones a mejorar, es importante revisar los lineamientos operativos para monitorear el funcionamiento de actividades del colectivo, ya que el indicador para medir la participación comunitaria se limita a listas de asistencias, sin medir los alcances en términos de aprendizaje de los participantes. En cuanto al monitoreo de las actividades, el programa se centra en la transparencia de los recursos económicos, pero no fortalece acciones para vincular el trabajo entre todos los colectivos beneficiados. Respecto a la autonomía de los grupos, el programa centra la comunicación en un solo miembro del colectivo, por lo que frena la participación activa y de gestión de los demás miembros que conforman la agrupación.

 

Las organizaciones gubernamentales establecen la necesidad de nuevas políticas culturales con modelos integrales, participativos y de acceso plural para todos los habitantes del territorio. Aunque esta iniciativa es un avance respecto a nuevas estructuras de gestión cultural, es necesario revisar nuevos lineamientos de evaluación de desempeño que no se limiten al área administrativa, sino que permitan integrar colaboraciones entre todos los grupos de trabajo que sustentan estos programas. En cuanto a las modalidades virtuales de participación y las plataformas virtuales de difusión, es necesario adecuar sus alcances desde las páginas institucionales, esto permitiría reunir toda la propaganda cultural del programa con todos los participantes en cada delegación de la Ciudad de México. 

 

 

Conclusiones

 

El trabajo conjunto desde las diferentes disciplinas facilitó la integración de los miembros del colectivo Casa Nómada, además de fortalecer la convivencia y participación al interior de la agrupación. Este factor es esencial para incentivar los lazos de confianza de un grupo plural, motivo que permitió la apropiación y sentido de pertenencia de la estructura comunitaria de los participantes en la Alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México.

 

En términos de educación ambiental, puede observarse que el enfoque constructivista permite la incorporación de herramientas provenientes tanto de la ciencia como del arte, a partir de las cuales se generan procesos participativos en la enseñanza-aprendizaje de temas ambientales. La cultura viva comunitaria, en este contexto, posibilita la creación de espacios orientados a la formulación de estrategias para enfrentar los problemas socioambientales del territorio. Por ello, es fundamental que este enfoque continúe presente en la gestión cultural, tanto en los programas gubernamentales como en las iniciativas independientes. No obstante, resulta necesario establecer nuevas directrices que amplíen el alcance de estas agrupaciones en materia de conformación comunitaria dentro de la Ciudad de México.

 

 

Referencias

 

Aguilar, A. y Pacheco, A. (2020). Organizaciones Culturales de la Sociedad Civil: Modelos de gestión cultural y administrativa. Estudios Sobre Las Culturas Contemporáneas, 25(50), 47–72. https://revistasacademicas.ucol.mx/index.php/culturascontemporaneas/article/view/584

 

Álvaro, D. (2010). Los conceptos de “comunidad” y “sociedad” de Ferdinand Tönnies. Papeles del CEIC, International Journal on Collective Identity Research, 1(52), 1-24. http://www.identidadcolectiva.es/pdf/52.pdf

 

Cantú-Martínez, P. C. (2018). Desarrollo sustentable: cultura, patrimonio cultural y natural en México. Turismo y Sociedad, 23, 25-40.  https://doi.org/10.18601/01207555.n23.01

 

Chávez-Vizcarra, R. (2023). Notas sobre la perspectiva del constructivismo en la pedagogía para desarrollar conciencia ambiental. Revista Electrónica en Educación y Pedagogía, 7(12), 10-13.  https://doi.org/10.15658/rev.electron.educ.pedagog23.05071201

 

Cruz-Visa, G. (2022). Educación ambiental en instituciones educativas de educación básica en Latinoamérica: Revisión sistemática. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6(3), 723-739. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2255

 

Freire, P. (2006). Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI Editores.

 

Gaceta Oficial de la Ciudad de México (2019). Reglas de Operación del Programa Social, “Colectivos Culturales Comunitarios Ciudad de México” 2019. https://www.cultura.cdmx.gob.mx/eventos/evento/colectivos-culturales-comunitarios-2019

 

González-López, J. y López-Garay, H. (2024). Concepciones de “naturaleza” en estudiantes universitarios: Implicaciones para la educación ambiental. Revista Electrónica en Educación y Pedagogía, 8(14), 70-83. https://doi.org/10.15658/rev.electron.educ.pedagog24.02081405

 

Guarneros-Manoatl, H. y Arellano-Luna, M. (2023). Colectivo Casa Nómada: La reestructuración comunitaria a partir de la ciencia y el arte. En: Cerda, I. y Maza, L. A. C., (Eds.), Grupos Comunitarios en la construcción de desarrollos alternativos (pp. 87-119). Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

 

Guerra, R. (2016). Gestión y autogestión en la cultura y otros relatos. Escuela de Gestores y Animadores Culturales de Chile (EGAC).

 

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2020). Censo de Población y Vivienda 2020. México. INEGI. https://cuentame.inegi.org.mx/monografias/informacion/df/territorio/div_municipal.aspx?tema=me&e=09

 

Luna-Krauletz M.D., Bucheli, M. G. V., y Tapia R. C. (2020). Educación Ambiental para la Sostenibilidad en Instituciones de Nivel Superior, una revisión documental. En Castro Martínez, O. R., Velázquez Cigarroa, E. y Tello García, E. (Eds). Educación ambiental y cambio climático. Repercusiones, perspectivas y experiencias locales (pp. 51-67). Universidad Autónoma Chapingo.

 

Mata, A. (2023) La acción colectiva del Movimiento Latinoamericano Cultura Viva Comunitaria: Los casos de Costa Rica y Argentina. Teseo. https://www.teseopress.com/laaccioncolectivadelmovimientolatinoamericanoculturaviva

 

Moreno, E. (2007). El herbario como recurso para el aprendizaje de la botánica. Acta Botánica Venezuelica, 30(2), 415-427. http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0084-59062007000200009&lng=es&tlng=es

 

Quintero-Romero, D. (2023). Educación ambiental y sustentabilidad. Elementos necesarios para el desarrollo. Revista Electrónica en Educación y Pedagogía, 7(13), 9-13. https://revedupe.unicesmag.edu.co/index.php/EDUPE/article/view/424

 

Santini, A. (2017). Cultura Viva Comunitaria: políticas culturales en Brasil y América Latina (Vol. 5). RGC Ediciones.

 

Sauvé, L. (2010). Educación científica y educación ambiental: un cruce fecundo. Enseñanza de las ciencias, 28(1), 5–18. https://raco.cat/index.php/Ensenanza/article/view/189092/353371

 

Secretaría de cultura de la Ciudad de México (14 de octubre de 2024). Página oficial del Gobierno de la Ciudad de México. Programas culturales actuales. https://www.cultura.cdmx.gob.mx/programas

 

Serón, F. (2019). Arte, ciencia, tecnología y sociedad. Un enfoque para la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias en un contexto artístico. CTS: Revista Iberoamericana de ciencia, tecnología y sociedad, 14(40), 197-224. https://ojs.revistacts.net/index.php/CTS/article/view/99

 

Serrano González, J. M., y Pons-Parra, R. M (2011). El Constructivismo hoy: enfoques constructivistas en educación. Revista electrónica de investigación educativa, 13(1), 1-27.  https://redie.uabc.mx/redie/article/view/268

 

Terrón, E. (2019). Esbozo de la educación ambiental en el currículum de educación básica en México. Una revisión retrospectiva de los planes y programas de estudio. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, 49(1), 315-346 https://doi.org/10.48102/rlee.2019.49.1.42

 

Turino, C. (2013). Puntos de cultura: Cultura viva en movimiento (Primera edición). Caseros: RGC Libros.

 

Valderrama, R. y Ruiz, J. (2019). Educación ambiental: Investigación y procesos participativos. En Limón-Domínguez, D. (Ed.), Eco ciudadanía: Retos de la educación ambiental ante los objetivos de desarrollo sostenible. Ediciones Octaedro.

 

Zapata, F. y Rondán, V. (2016). La Investigación Acción Participativa: Guía conceptual y metodológica del Instituto de Montaña. Instituto de Montaña.



[1] Artículo derivado del proyecto de investigación: Colectivos Culturales Comunitarios CDMX avalado y financiado por Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

[2]  Maestra en Ciencias de la Sostenibilidad, Colegio de Postgraduados, México. Planeación y evaluación de Recursos y Programas en Desarrollo Rural. Filiación institucional: Posgrado en Estudios del Desarrollo Rural. ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-7395-3916 E-mail: guarneros.hortencia@colpos.mx. Puebla, México

[3] Doctora en Crítica de la Cultura y la Creación Artística, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México. Arte como agente de cambio social. Facultad de artes plásticas y audiovisuales. ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-7154-1619 E-mail:  mabel.arellano@correo.buap.mx. Puebla, Mexico