LOS PROYECTOS DE AULA COMO ESTRATEGIA PEDAGÓGICA PARA EL TRABAJO ARTICULADO ENTRE FAMILIAS Y ESCUELA[1]
Recibido: agosto 26 de 2020/ Revisado: septiembre 11 de 2020/ Aceptado: noviembre 30 de 2020
Por: Jhoanna Rivillas Díaz[2], Mónica Jaramillo Tamayo[3] y Yohanna Patricia Buriticá [4]
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Rivillas, J., Jaramillo, M. & Buriticá, Y. (julio-diciembre,2020). Los proyectos de aula como estrategia pedagógica para el trabajo articulado entre familias y escuela. Revista Investigium IRE: Ciencias Sociales y Humanas, XI (2), pp.55-67 doi: https://doi.org/10.15658/INVESTIGIUMIRE.201102.05
Resumen: El artículo se basa en una investigación cuyo propósito central consistió en democratizar la escuela y transformar la educación desde lo local, al entender al maestro como un generador de praxis interpretativa desde una relación dialéctica con el entorno; un docente que se pregunte, critique y actúe con sensibilidad y conciencia frente a su contexto; que busque respuestas desde la realidad al por qué y para qué de la educación; lo cual es posible a través de la integración familia-escuela. El proyecto se implementó en preescolar y básica primaria de la Institución Byron Gaviria, de la ciudad de Pereira, desde el año 2016. La muestra estuvo conformada por 30 docentes de dichos niveles, 828 estudiantes y sus núcleos familiares. Se planearon reuniones con los actores una vez por período académico, 4 veces al año, para realizar actividades propuestas en los proyectos de aula. Así se respondió a la necesidad de integrar estas dos realidades -familia y escuela-, para forjar la crítica y el sentido de pertenencia, construir pensamiento desde las necesidades, problemáticas e intereses cercanos. Hacer partícipes a las familias en el desarrollo de los proyectos de aula, fortaleció los vínculos escuela-familia, al permitir establecer dinámicas de relaciones armoniosas y adecuadas, para prevenir el maltrato y violencia intrafamiliar. Permitió también conocer de cerca los estilos y ritmos de aprendizaje de los hijos(as), integrarse entre padres de familia, entre otros aspectos que fortalecieron los vínculos entre padres e hijos(as). Igualmente se hizo consciente al docente de su rol social en la práctica pedagógica, que debe estar sustentada en la realidad.
Palabras clave: Aula de clase, docente, escuela, familia, proyecto de aula.
CLASSROOM PROJECTS AS A PEDAGOGICAL STRATEGY FOR ARTICULATED WORK BETWEEN FAMILIES AND SCHOOL
Abstract: The article is based on research whose central purpose was to democratize the school and transform education from the local, by understanding the teacher as a generator of interpretive practice from a dialectical relationship with the environment; a teacher who wonders, criticizes and acts sensitively and consciously in face of their context; to seek for answers from reality to why and for what of education; which is possible through family-school integration. The project was implemented in preschool and elementary school of the Byron Gaviria Institution, in the city of Pereira, since 2016. The sample consisted of 30 teachers of these levels, 828 students and their family nuclei. Meetings were planned with the actors once per academic period, four times a year, to carry out proposed activities in classroom projects. This responded to the need to integrate these two realities - family and school - to forge criticism and a sense of belonging, to build thought from needs, problems and close interests. In engaged families in the development of classroom projects, strengthened school-family ties by allowing the establishment harmonious and appropriate relationship dynamics to prevent domestic abuse and violence. It also allowed to know closely the styles and rhythms of learning of children, integrate with parents, among other aspects that strengthened bonds between parents and children. Likewise, the teacher was made aware of his social role in pedagogical practice, which must be based on reality.
Keywords: Classroom, teacher, school, family, classroom project.
PROJETOS DE SALA DE AULA COMO ESTRATÉGIA PEDAGÓGICA DE TRABALHO ARTICULADO ENTRE FAMÍLIAS E ESCOLAS
Resumo: O artigo se baseia em uma investigação que teve como objetivo central democratizar a escola e transformar a educação local, tentando entender ao professor como um gerador de práxis interpretativa a partir de uma relação dialética com o entorno; um professor que pergunta, critica e age com sensibilidade e consciência diante de seu contexto; que busca respostas da realidade ao porquê e para quê da educação; o que é possível por meio da integração família-escola. O projeto foi implantado na pré-escola e no ensino fundamental da Instituição Byron Gaviria, na cidade de Pereira, desde o ano 2016. A amostra foi composta por 30 professores desses níveis, 828 alunos e suas famílias. Foram programados encontros com os atores uma vez por período letivo, 4 vezes ao ano, para a realização de atividades propostas nos projetos de sala de aula. Assim, atendeu-se à necessidade de integração dessas duas realidades -família e escola-, para forjar a crítica, o sentimento de pertença, construir um pensamento a partir das necessidades, problemas e interesses próximos. Propiciar o envolvimento das famílias no desenvolvimento de projetos em sala de aula fortaleceu os laços escola-família, permitindo estabelecer dinâmicas de relacionamento harmoniosas e adequadas para prevenir maltrato e violência intrafamiliar. Também permitiu conhecer de perto os estilos e ritmos de aprendizagem dos filhos (as), integrar-se entre os pais, entre outros aspectos que estreitaram os laços entre pais e filhos (as). Da mesma forma, o professor foi sensibilizado para o seu papel social na prática pedagógica, que deve estar pautada na realidade.
Palavras-chave: Sala de aula, professor, escola, família, projeto de sala de aula.
Introducción
El tiempo presente invadido por una fuerte crisis de valores, la invasión, en ocasiones desmedida, de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, sumado a los intentos fallidos por alcanzar una real democracia, hace repensar los contextos locales desde la educación, especialmente, a partir de los ambientes propios de formación como la escuela y la familia; esto exige un maestro generador de praxis interpretativa desde una relación dialéctica con el entorno y una racionalidad abierta, crítica, compleja y la creatividad y su acción transformadora; un docente que se pregunte y actúe con sensibilidad y conciencia frente a su contexto; que busque respuestas desde sus realidades al por qué y para qué de la educación, en dónde está centrada su práctica pedagógica, a quiénes debe formar y cómo lo va a lograr. Lo antepuesto exige un pensamiento capaz de complejizar, es decir, distinguir y separar, pero también integrar; se requiere entonces aplicar esta reforma y esta confluencia, un pensamiento que reúna, contextualice e integre y una sensibilidad resuelta a recibir lo inconmensurable.
Esta intervención directa del maestro en la formación de los sujetos educables, su rol social, reclama una reelaboración de las pedagogías acorde con la actualidad, la innovación de nuevas geopedagogías que respondan a lo micro y macro de las realidades, que den auge a la participación activa de la comunidad educativa, no sólo a estudiantes sino, también, a padres de familia en las decisiones escolares; forjando la crítica y el sentido de pertenencia, construyendo pensamiento desde las necesidades, problemáticas e intereses más cercanos; es decir, partir de lo local para poder hacer frente a lo trasnacional. No se trata, entonces, de negar y escapar a la presencia de los nuevos avances tecnológicos y su difusión a escala mundial; pero sí, primero ser competentes en la transformación desde la ética y la crítica de las realidades sociales, culturales, políticas y económicas locales; realidades sociales hoy afectadas por la violencia, la corrupción y el desempleo, entre otros.
Es así como el proyecto Aprendiendo en Familia a través de los proyectos de aula, desarrollado en la Institución Educativa Byron Gaviria, hace apología a la metáfora Navegando en altamar, creada por las autoras del artículo, donde se pone en evidencia la necesidad de trabajar juntos familia y escuela; responde a la necesidad de integrar estas dos realidades, la del maestro y la del estudiante, como una forma de democratizar la escuela y transformar la educación desde lo local. En el artículo se comparte los alcances que este proyecto ha tenido en la comunidad educativa, el cual se presenta gracias a un trabajo de sistematización riguroso, ejecutado por maestros y directivas, que recoge la experiencia realizada durante los años 2016-2020.
Proyecto que buscó propiciar encuentros significativos entre las familias, la escuela y los estudiantes, de manera que las instituciones educativas no lleven a cabo la misión de formar desde sus propias perspectivas y a puertas cerradas, y las familias no encaminen solas el proceso de formación de los niños y niñas según costumbres, creencias y valores propios; pues los procesos educativos de las estructuras sociales que trabajan aisladas, son más fáciles de suprimir e invisibilizar. Además, el trabajo mancomunado de estos tres actores -familia, escuela y estudiante-, pretende lograr procesos de enseñanza y aprendizaje significativos y de calidad.
Igualmente, pretende minimizar las brechas entre las familias y la escuela, dado que en la comunidad del Colegio Byron Gaviria, se han presentado diferentes conflictos entre ambas instituciones sociales.
Desarrollo del proyecto
El proyecto se orientó al nivel de transición y básica primaria, puesto que la base de la formación de los niños y niñas está en estas edades, es decir, en sus primeros años pueden desarrollar todo su potencial cognitivo y psicosocial que se verá reflejado en sus futuros desempeños en grados superiores; esto incluye el vínculo que establece con sus padres y adultos a cargo de su cuidado, razón por la que la propuesta, involucró a todos los miembros del núcleo familiar: madre, padre, hermanos mayores, tíos, abuelos, y los mismos estudiantes con sus docentes y directivos.
Se inició en 2016 con la convocatoria a los padres de familia con sus hijos(as), una vez por período. Inicialmente, se citó a una reunión a los acudientes de cada familia para informales y orientarlos sobre el proyecto y sus objetivos. Una vez las familias tenían claras las metas, se les daba a conocer las fechas de ejecución, con el fin de que pudieran programarse en sus labores diarias y no tener excusa para dejar de participar.
La temática a trabajar durante la ejecución del proyecto en cada período académico, se realizó de dos maneras: en ocasiones fue planeada por el docente en conjunto con algunos padres de familia, acorde a temas que se consideraron de vital importancia, ya sea académico o de aporte a la convivencia; en otros momentos fueron planeados por el equipo directivo y aula de apoyo, al tener en cuenta necesidades educativas detectadas.
Sin embargo, a partir de la implementación, en la institución educativa, de los proyectos de aula, vistos desde Jolibert y Jacob (1998) como estrategia metodológica para el desarrollo del currículo, estrategia que tiene como principio fundamental la construcción colectiva de conocimiento, que hace partícipe al estudiante y al padre de familia como sujetos activos, se encontró que era una oportunidad perfecta para vincular al padre de familia a los procesos pedagógicos desarrollados en la institución, mediante el desarrollo de los proyectos de aula en los espacios de Aprendiendo en familia.
Hay que destacar, que es condición que los estudiantes y un miembro como mínimo de su familia estén presentes; para esto se abre un espacio institucional, el cual consiste en que todos los grados de preescolar y primaria trabajan durante una misma jornada las actividades del proyecto, o sea, se declara a nivel institucional un día cada dos meses para la ejecución del proyecto Aprendiendo en familia.
El proyecto mencionado, a través de los proyectos de aula se convirtió, entonces, en un espacio donde tanto la familia como el estudiante participan en su desarrollo, eligiendo, de manera conjunta con el docente en un diálogo de saberes, el tema del proyecto, las actividades a realizar y el producto final, para establecer un contrato didáctico que permitió alcanzar los objetivos del proyecto y de aprendizaje del estudiante.
Metodología
Para visibilizar el impacto del proyecto, se implementó en la investigación el enfoque cualitativo, que “permite estudiar la realidad en su contexto natural, tal y como sucede, intentando sacar sentido o interpretar los fenómenos de acuerdo a los significados que tienen para las personas implicadas” (Flórez, García, & Rodríguez, 1996, p.10). En este sentido, se realizó un análisis de contenido cualitativo a partir de las planeaciones presentadas por los docentes y las actas después de culminado cada encuentro con las familias, en las cuales se recogió no sólo la ejecución de las actividades sino, también, las observaciones por parte de los participantes para el mejoramiento de la propuesta pedagógica. El análisis reveló el sentido que emerge de las anotaciones explícitas realizadas por los mismos docentes dentro de un contexto determinado, además de aquellas dimensiones ocultas y que deben ser inferidas del contenido, dado que, desde Ruiz (2012), la inferencia es uno de los elementos centrales del análisis de contenido, con sentidos que pueden ser manifiestos o no, a la espera de ser interpretados.
De igual forma, se hizo uso de la encuesta cualitativa con los padres de familia o acudientes, como método de recolección de datos alrededor del proceso vivenciado en las diferentes interacciones y encuentros en el aula de clase, generados por el proyecto, lo que permitió, a través de su análisis, la plasmación lingüística de una determinada interpretación de la realidad (Navarro 1995). Datos que fueron organizados e interpretados haciendo uso de la rejilla de análisis.
Resultados
Esta manera de vincular a las familias de los estudiantes en el desarrollo de los proyectos de aula, ha arrojado resultados favorables, dado que ha aumentado la participación de los padres en un 90,6%, y la gran mayoría (95%) tiene una valoración positiva del proyecto, puesto que pueden conocer de cerca, qué es lo que se enseña en la escuela, reconocer las fortalezas y dificultades que sus hijos(as) encuentran en el proceso de aprender. Además, permite a los niños sentir que su familia hace parte de la escuela, al integrarse con los padres de sus compañeritos y su maestro, de la misma manera que tienen la satisfacción de compartir en un espacio que es entretenido y rico en aprendizajes, para sentir que todos hacen parte de una gran familia llamada Colegio Byron Gaviria.
Al tener en cuenta las voces de los maestros, padres de familia y estudiantes, reveladas a partir de la encuesta cualitativa, se pueden mencionar las siguientes transformaciones que ha tenido la escuela, con observación de las evoluciones tangibles durante su implementación:
- Aumento de la participación de las familias en las actividades escolares.
- Se han minimizado las quejas, reclamos y conflictos de las familias con los docentes, quienes se han propuesto generar consciencia sobre la labor educativa del docente, al mismo tiempo que el docente se ha permitido conocer a las familias y su entorno sociocultural, logrando una mejor comprensión de sus acciones.
- Mayor acompañamiento de las familias en el proceso académico y de convivencia.
- Interacción constante familias y escuela.
- Clases colaborativas, dinámicas y motivadoras para los estudiantes.
- Reflexión y mejoramiento de las prácticas de aula, por parte de los docentes.
- Los padres de familia se han apropiado del currículo escolar y participan activamente en su mejoramiento, a través de los organismos del gobierno escolar.
A continuación se presentan las voces de algunos(as) docentes:
La implementación del proyecto Aprendiendo en familia se tomó, a su vez desde la parte pedagógica, como una estrategia didáctica, al considerar que son acciones planificadas por el docente con el objetivo de que el estudiante logre la construcción del aprendizaje y se alcancen los objetivos planteados, en este caso, vincular a la familia en el proceso de enseñanza aprendizaje. Según Schmeck (1988) y Schunk (1991), retomados por Mínguez (2012), “Las estrategias de aprendizaje son secuencias de procedimientos o planes orientados hacia la consecución de metas de aprendizaje” (p. 25).
De allí que cada actividad del proyecto estuvo enfocada en las necesidades e intereses de los actores educativos involucrados en el proceso, en este caso, estudiantes y padres de familia. Cada actividad estuvo encaminada a una planificación del proceso de enseñanza aprendizaje, lo cual se constituye, a su vez, en una gama de decisiones, que, como docentes, se deben tomar de manera consciente y reflexiva, con relación a las técnicas y actividades que se pueden utilizar para alcanzar los objetivos del proyecto.
La utilización del proyecto como estrategia didáctica, posee numerosos beneficios para los docentes a la hora de conseguir un espacio de integración entre nosotros, los estudiantes y padres de familia. En un primer momento, este proyecto favorece en una mayor implicación al estudiante y al padre de familia en los procesos de enseñanza-aprendizaje, al generar dinámicas de interacción en las que el estudiante trabaja unido con el padre de familia en la construcción del aprendizaje. De esta manera, los estudiantes y el padre de familia adquieren en simultáneo un papel activo, al desarrollar un sentido de responsabilidad frente a las acciones programadas y el objetivo que se quiere alcanzar frente a cada actividad. Además, como docentes nos facilita visualizar, ante los padres de familia, el desarrollo de la autonomía de cátedra, las diversas estrategias que debemos implementar durante nuestro trabajo diario de clases y las dificultades propias que se presentan dentro de nuestro quehacer diario como docentes. Al vincular al padre de familia en una actividad escolar y hacerlo parte de este proceso, ha permitido que la comunidad educativa valore en gran manera el papel del docente como agente innovador de conocimiento (Testimonio de docente, 2019).
Este proyecto además nos permite como docentes, mostrar a los padres de familia que el aprendizaje es un proceso activo en donde los estudiantes construyen el conocimiento al tener en cuenta sus ideas y conceptos previos, pues en la realización de las actividades se demuestra que el educando muestra a su acudiente cómo cree que deben realizarse las actividades programadas. Bruner destaca que el aprendizaje es un proceso activo en el que los alumnos construyen nuevas ideas y conceptos basados en sus conocimientos y experiencias anteriores. Esto unido a que el trabajo lo realizan entre estudiantes y padres de familia, esto nos ha permitido, como institución, crecer en la adquisición de experiencias significativas para enriquecer nuestras estrategias pedagógicas y prácticas educativas (Testimonio de docente, 2019).
Este proyecto que parte de actividades que hacen los niños y niñas con sus padres, permite una unión familiar y, al mismo tiempo, integra las situaciones complejas del mundo real de los niños, ya que se ha visto, y según datos estadísticos recolectados por la institución, que a través de la implementación del proyecto se han mejorado muchas relaciones entre padres e hijos. De esta manera, como docentes favorecemos y hacemos participes a los padres de familia en el proceso educativo de sus hijos y propiciamos en los educandos una actitud positiva frente a dejar actuar a sus padres en su educación (Testimonio de docente, 2019).
Desde el marco socio-constructivista, el cual parte de que el desarrollo de los procesos cognitivos se manifiestan desde lo social a lo individual, podemos entender que las experiencias con otras personas en un entorno, son las que determinan la construcción de conocimiento de cada miembro de una sociedad. Coll, Mauri y Onrubia (2008) destacan que la adquisición de un aprendizaje es un proceso constructivo, el cual es de carácter intrapersonal, social y, sobre todo, cultural, lo que significa que para llegar a un aprendizaje es de vital importancia que intervengan mediadores determinados por un entorno y un lenguaje. Así mismo, los autores sostienen que la enseñanza es un acto que se fundamenta a partir de un proceso de naturaleza social, lingüística y comunicativa. De acuerdo con lo anterior, se destaca que, desde esta visión en un plano más pedagógico, vincular al padre de familia en el aula de clases mediante este proyecto, hace que el estudiante conciba su papel más activo, dado que la relación que se genera con su acudiente por medio de la experiencia que vive en ese momento, produzca nuevos saberes.
Desde nuestro papel docente nos convertimos en facilitadores y guías que propiciamos espacios de construcción y estructuración de significados, y de integración entre padres e hijos dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje. Este proyecto, además, nos permite como docentes fomentar el trabajo colaborativo entre los estudiantes, ya que al trabajar con sus acudientes se genera la necesidad de interactuar entre sí para la construcción colectiva de la actividad (Testimonio de docente, 2019).
Uno de los muchos beneficios significativos que veo como docente en este proyecto, es la oportunidad de acercar al padre de familia a nuestra Institución, no sólo a manera de acudiente y receptor de informes académicos y disciplinarios, sino como parte fundamental del proceso educativo, y visualizar ante él la importancia de estar dentro del proceso formativo del educando, para permitir una enseñanza y apoyo eficaz a nuestra labor docente y crear un buen ambiente participativo y de colaboración entre los tres agentes educativos: estudiantes, padres de familia y docentes, para formar un buen equipo de trabajo (Testimonio de docente, 2019).
Este tipo de proyectos nos permite innovar como docentes, las prácticas educativas al hacer partícipe a la familia, en este caso, como herramienta fundamental para que se pueda dar cualquier proceso educativo, ya que permite la interacción activa de todos los miembros, al tener en cuenta que cada miembro presenta intereses, necesidades y ritmos de aprendizaje diferentes (Testimonio de docente, 2019).
La experiencia de estos años de implementación del proyecto, nos deja, entre muchos resultados, la buena relación que se genera entre padres y docentes, ya que después de las actividades, los acudientes son más conscientes de nuestro trabajo en el aula de clase, y esto permite tener más confianza y respeto al momento de hacer cualquier reclamo. Esta buena relación se convierte, sin duda, en un pilar que permitirá, en un futuro cercano, que nuestra Institución se convierta de lleno en un espacio de interacción e integración familiar, donde los acudientes sientan, cada vez más, las ganas de pertenecer a nuestra Institución, de vincularse y participar activamente en los demás proyectos, para fomentar la transmisión de valores y mejorar las relaciones sociales (Testimonio de docente, 2019).
Este proyecto ha permitido unir a la familia con el Colegio, para brindar, en lo que fuese un espacio pedagógico, un ambiente de creación, participación, diálogo y escucha entre padres e hijos, y donde, desde mi labor docente, me convierto en un observado y guía de este proceso de interacción familiar que me brinda nuevas herramientas para mejorar mis prácticas pedagógicas. Al conocer a las familias conocemos al niño o niña, de allí que después de implementar este proyecto, podemos analizar, como docentes, muchos de los comportamientos, aptitudes y actitudes de los estudiantes, valorar cada esfuerzo de los niños y niñas y algunas de las dificultades que pueden presentar (Testimonio de docente, 2019).
Es, sin duda, este proyecto una herramienta fundamental desde el ámbito social, cultural y educativo de nuestra Institución, que nos está permitiendo replantear e innovar nuestras prácticas educativas en aras de mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje de nuestros estudiantes, donde se da una corresponsabilidad entre colegio y familia (Testimonio de docente, 2019).
El proyecto de Aprendiendo en familia me ha parecido muy importante porque se observa el interés y acompañamiento de los padres de familia, la alegría de los estudiantes al realizar las actividades que se programan y el ambiente familiar tan agradable que se percibe entre las familias cuando se realizan los talleres o manualidades a realizar. Además, se forman lazos de amistad y colaboración entre ellos (Testimonio de docente, 2019).
Aprendiendo en familia es un proyecto que fortalece la participación de la comunidad, el acompañamiento de las familias y la motivación para el aprendizaje. Los padres de familia y acudientes muestran gusto al participar de las actividades que se realizan, donde se evidencia la capacidad de estar de igual a igual con su hijo(a) e, incluso, piden ayuda en algunos casos a los niños. Se trabajan valores de respeto, solidaridad, compromiso, responsabilidad, y se hace de este un día especial para la Institución, los niños y las familias, donde el compromiso es de toda la comunidad educativa. Es importante encontrar herramientas para que este no desaparezca y se fortalezca cada día más (Testimonio de docente, 2019).
Seguidamente, también se presentan algunas de las expresiones de los padres de familia participantes en el proceso, donde dan cuenta de lo importante que ha sido para ellos el proyecto Aprendiendo en familia: “Aprendiendo en familia es muy buena estrategia, ya que podemos compartir un rato con nuestros hijos y aprender más de ellos cuando están en la Institución, mayor comprensión” (Testimonio de padre de familia, 2019). Otro acudiente dice: “Aprende uno a corregir muchas cosas que de pronto no hacía tan bien; han sido de gran ayuda todos los talleres” (Testimonio de padre de familia, 2019). Un tercero opina: “Siempre me pareció que las reuniones de aprendiendo en familia han motivado a los padres de familia a integrarse y comprometernos más con la institución. Un gran avance para todos” (Testimonio de padre de familia, 2019). Un cuarto testimonio es: “Son más los padres que hoy en día participamos de aprendiendo en familia con nuestros niños y niñas” (Testimonio de padre de familia, 2019). Otro familiar argumenta: “Hemos estado más unidos el colegio con el hogar; hay más comunicación entre padres alumnos y maestros” (Testimonio de padre de familia, 2019). Y finalmente otro padre de familia dice: “Mi empleo es de una jornada muy larga, 19 horas; pero con este proyecto entendí que no es sólo traer dinero a la casa, mis hijos también me necesitan presencialmente, necesitan mi amor, saber que yo estoy para ellos siempre” (Testimonio de padre de familia, 2019).
Como se puede apreciar, las familias perciben el proyecto como una oportunidad para compartir con sus hijos y fortalecer la unión familiar, para trabajar en equipo con el maestro en bienestar de sus hijos(as), para conocer sus procesos de aprendizaje y apoyarlos en sus trabajos escolares, para integrarse con otros padres de familia y sus compañeros y conocer el entorno que lo rodea, aprender cosas nuevas y fortalecer su cultura, conocer y comprender mejor a sus hijos, entre otros beneficios que reconocen las madres y padres de familia con la propuesta pedagógica.
Ellas y ellos manifestaron algunos aprendizajes producto de la experiencia: “Hemos aprendido que hay que compartir más con los hijos para que así ellos no tengan que buscar otros medios de acompañamiento como las tabletas, los celulares y computadoras” (Testimonio de padre de familia, 2019). Otro familiar opina: “Compartir cada momento, cada minuto y cada segundo con nuestros hijos y más si se trata de su educación” (Testimonio de padre de familia, 2019). Otra opinión es: “En ver las necesidades de aprendizaje que tiene mi hijo y que como madre también me debo educar para ayudarlo” (Testimonio de padre de familia, 2019). Otro reconocimiento fue: “Conocimiento de más cosas que no sabía y pues que trabajar con mi hijo así es súper bueno” (Testimonio de madre de familia, 2019). También se dijo: “Importancia de escuchar a los niños y conocer el ambiente en que ellos estudian” (Testimonio de padre de familia, 2019). Otro familiar siente que le ayudó: “A comprender a mi familia, a saberlos corregir, a siempre hacer espacio para ellos” (Testimonio de padre de familia, 2019). Un sexto comentario fue: “Mucho, primero porque estamos con nuestros hijos, segundo he aprendido a tener paciencia y compartir mucho más en familia” (Testimonio de padre de familia, 2019). La abuela de un estudiante dijo: “Los talleres son para hacerlos en compañía y se ha hecho más fuerte nuestro vínculo entre nieto y abuela” (Testimonio de padre de familia, 2019). Una madre de familia comentó: “Aprender a comprender un poco más a mi hijo y tener paciencia para trabajar en equipo con él” (Testimonio de padre de familia, 2019). Otra madre de familia expuso: “He aprendido a compartir con más personas, y también a intercambiar opiniones” (Testimonio de padre de familia, 2019). Y un último familiar arguyó: “Me puedo expresar un poco mejor, porque me ha ayudado a dejar a un lado la timidez y a desarrollar más mi capacidad de ejercer una actividad” (Testimonio de padre de familia, 2019).
Discusión
Es tanta la importancia de la familia en la formación de los sujetos, que la Constitución Política de Colombia (1991) la considera como “el núcleo fundamental de la sociedad” (Artículo 42). Allí se tejen las primeras interacciones sociales y se dan las primeras bases de la educación. Sin embargo, esta responsabilidad frente al desarrollo de los niños y niñas, no se queda solamente en el seno familiar, de ahí que también se plantee: “El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica” (Artículo 67). Aquí se revela la obligación del Estado en la creación de escuelas públicas, la contratación de profesores idóneos y la dotación de diferentes medios para llevar a cabo el proceso educativo.
De esta manera, se evidencia cómo ambas instituciones sociales tienen en sus manos la misión de formar a los niños y niñas; pero es una misión que no debe ejercerse desde caminos disyuntos, debe ser compartida, donde convergen los intereses y las preocupaciones de ambas instituciones frente al desarrollo de los sujetos en formación. No se trata, entonces, de descargar la responsabilidad en la una o en la otra, sino de ofrecer una alternativa que permita a los niños y niñas la oportunidad de crecer y desarrollarse en amor, paz y fraternidad, y lograr así un tejido más fuerte de valores que sean la base de la sociedad. Así, familia y escuela, al tener la misión de educar, deben aunar esfuerzos compartidos para alcanzar este propósito.
No obstante, en las vivencias hemos encontrado cómo las familias adjudican la mayor parte de esta labor a la escuela, y se ve cómo en algunos casos, ya sea por dificultades académicas o comportamentales, muchas familias expresan: “¿Y para qué está pues el profesor?” “¿Y entonces qué es lo que le están enseñando en ese colegio?” “¡Es que ahora en los colegios no les enseñan cómo les enseñaban antes!” “¿Y es que en ese colegio no les enseñan normas? ¡Mi hijo no aprende porque el profesor se la montó!” “Entonces ¿para que los mandamos al colegio?”. Pero este tipo de expresiones no sólo las manifiestan las familias, también brotan de las bocas de los docentes, quienes, en ocasiones, como para devolver la pelota en un juego de pimpón, dicen: “¿Eso son los valores que les enseñan en la casa?” “¡Los padres no se interesan por la educación de sus hijos!” “Y sus papás ¿es que acaso no tienen tiempo para ayudarle con las tareas?” “¡Tal vez sus papás en su casa permitan que usted haga lo que quiera, pero en el colegio es diferente!” o “Necesita más apoyo en casa”, expresión esta que aparece como recomendación en la mayoría de los informes académicos.
Tales expresiones, que van y vienen, cargan de sentido el propósito de recuperar a la familia como contexto esencial de formación, y plantean a la escuela el reto de comprometer a los padres con su tarea. Estas expresiones también son voces que desde la cotidianidad recogen las preocupaciones de una y otra parte y, por eso, no se pueden convertir en un juego de palabras y críticas que generen discordia entre la escuela y la familia, ya que estas contradicciones y la poca interacción dificultan, en gran medida, los procesos tanto de enseñanza como de aprendizaje. Son contradicciones que abren una brecha entre familia y docentes, generan mayor desinterés por parte de los integrantes del grupo familiar en la participación de los procesos escolares y debilitan la buena fe del maestro, quien termina por sentirse aislado y como único responsable de la educación de los niños y niñas, tras lo cual se pierde, quizá, su papel a desempeñar.
Por otro lado, es de anotar que los nuevos tiempos traen consigo abrumadores desafíos: el uso desenfrenado de la tecnología por parte de los niños, niñas, jóvenes y hasta los mismos adultos; las graves situaciones de violencia; el consumismo; las desigualdades económicas y sociales, entre otros factores, piden a gritos repensar y reconstruir los contextos locales desde la educación, con el fin de hacer frente a las nuevas realidades y formar personas capaces de amar, respetar, cuidarse a sí mismas, al otro y al ambiente que las rodea. Es posible emprender esta tarea desde los espacios tradicionales de formación: familia y escuela. Dichos eventos, producto del mundo globalizado, sumados a las voces de padres y maestros, son señales de que se requiere un consenso con la escuela y familia como protagonistas, y en cuyo centro se halla un sujeto que espera que se actúe conjuntamente.
De acuerdo con lo expuesto, se hace necesario que familia y escuela piensen en un futuro deseable que involucre una nueva dinámica educativa, donde ocurra un reconocimiento del otro, de lo diverso, de lo múltiple, en una construcción colectiva y dialógica de saberes. A partir de las problemáticas y necesidades anteriormente planteadas, brota como propuesta el proyecto Aprendiendo en familia, que nace con el fin de devolver a la familia el protagonismo que ha perdido en la educación. Es hora de que la familia sea sujeto y objeto activo y participante de la vida escolar; que se unan docentes, abuelos, padres, niños, niñas y adolescentes en torno a fortalecer y reconstruir dinámicas educativas acordes con las exigencias de nuestros niños y niñas, pues hay que buscar bases que den a los pequeños aquello que necesitan y que al mismo tiempo les permita solidarizarse con el mundo.
Así entonces, la importancia de involucrar a las familias en los procesos de aula, radica en que esta es el primer grupo social en la vida del ser humano, donde nace, crea su manera de pensar, aprende valores y actitudes que luego serán transmitidos de generación en generación. Por esto, resultaría contradictorio e irracional excluir a la familia de la ardua labor educativa.
Es de resaltar que, en ocasiones, la falta de interés por parte de los padres en los procesos académicos y educativos de los(as) hijos(as) conduce a problemas escolares y familiares, los cuales se ven reflejados constantemente en desinterés, falta de motivación, dependencia, bajo rendimiento, fracaso escolar, violencia y otros. La cuestión es que estos no se pueden atribuir sólo a la sociedad, a la familia, a la escuela o a los estudiantes de manera aislada, sino que la interacción de todos ellos es la que propicia esta situación. En consecuencia, se hace necesario involucrar dentro del currículo, la pedagogía y la didáctica, diferentes proyectos que requieran de una constante participación del grupo familiar, donde todos tengan una misma misión, participación y responsabilidad frente a las dificultades sociales, culturales y educativas.
Por otra parte, desde la experiencia y vocación propia del ser maestro, ha logrado percibirse un entorno educativo en el que los niños y niñas presentan diferentes ritmos de aprendizaje, a la vez que llevan diversos procesos de comportamiento y convivencia consigo mismo y con los demás. Estas vivencias revelan que en la mayoría de los casos, los estudiantes con un buen promedio académico y buenas relaciones interpersonales, son aquellos que están envueltos en un ambiente familiar en el que sus padres, o bien personas adultas, acompañan, continuamente están pendientes de los procesos que se desarrollan en la escuela, ya sea mediante comunicación escrita o a través de diálogos directos con el docente. Emerge, entonces, la necesidad de crear nuevas propuestas de relaciones entre la cultura escolar y la cultura familiar para superar el desligamiento al que se ha llegado e instaurar una nueva ruta que favorezca el encuentro entre padres, profesores y estudiantes, se legitime, a la vez, un nuevo idioma universal entre el uno y el otro, y, de esta forma, se puedan forjar canales de comunicación adecuados.
En cuanto a la interacción entre los padres de familia o acudientes, se ha encontrado que, usualmente, hacen presencia en la institución educativa debido a reuniones periódicas para entrega de informes académicos y comportamentales que dan cuenta de los resultados del periodo escolar. Cuando se hace una citación particular del estudiante, se debe a un comportamiento inadecuado o a una inconformidad del maestro. En ningún caso se denota una participación directa de los padres de familia en los procesos de formación; la escuela rinde cuentas y la familia las recibe, pero no hay un diálogo de saberes en torno al estudiante.
En este sentido, la propuesta Aprendiendo en familia a través de los proyectos de aula, surge de la socialización de experiencias educativas por parte de los docentes, quienes, en conversaciones cotidianas sobre el diario escolar, han coincidido en la reflexión de que muchos de los niños y niñas que presentan bajo rendimiento académico o dificultades de convivencia, son aquellos que tienen poco acompañamiento familiar. Los estudiantes que, por el contrario, muestran grandes desempeños en el estudio y a nivel comportamental, son los que cuentan con el apoyo incondicional de sus familias.
Esta reflexión de pasillo o de encuentros en reuniones programadas para docentes, se convirtió en el común denominador de discusión, por lo que no podía quedarse en una idea nada más. De este modo, empezó a emplearse la investigación-acción para sustentar lo que hasta el momento solamente eran hipótesis vagas, producto de la observación que un(a) profesor(a) no puede dejar de hacer mientras esté inmerso en el aula de clase y en interacción constante con sus estudiantes. A partir de ahí, se retoman algunos referentes teóricos que recalcan el papel primordial de las familias en la formación de niños y niñas, y se intenta recuperar la concepción del ambiente familiar como contexto de aprendizaje que debe funcionar en coherencia con la escuela.
Se busca con esta indagación, resaltar la importancia del trabajo mancomunado familia-escuela para alcanzar el éxito en los procesos de enseñanza-aprendizaje de niños y niñas; visibilizar las implicaciones positivas y negativas de la articulación y desarticulación de la familia con los procesos de aula; determinar que los talleres para padres y la asistencia de los acudientes de los estudiantes a las reuniones programadas por la escuela para entrega de informes académicos, son insuficientes para crear lazos entre familia y escuela; así como comprender cómo ha sido la vinculación de la familia a la escuela a través de la historia educativa.
Así, se pone de presente a través de la exploración que partió del análisis de niños y niñas con bajo rendimiento académico o dificultades comportamentales y, también, de algunos estudiantes con alto desempeño, con el fin de resaltar la importancia de que familia y escuela trabajen juntos en la formación del sujeto. Igualmente, se alude a la importancia de no quedarse solamente en la detección de problemas, sino en plantear alternativas de solución o de oxigenación a las múltiples dificultades que convergen en las aulas de clase.
Conclusión
El proyecto Aprendiendo en familia a través de los proyectos de aula, implementado por docentes, no sólo busca la articulación directa de la familia a los procesos de aula sino, además, flexibilizar el currículo escolar a través de las variadas e importantes experiencias que tienen las familias de los niños y niñas.
Con el proyecto se ha evidenciado la fuerza que tiene en los procesos educativos la integración de todos los actores -familia, estudiantes, escuela- para la transformación de la cultura; es decir, para el paso a una educación más democrática e incluyente. De igual forma, se ha transformado la vida de todos los actores; el padre de familia se ha involucrado más en los procesos de formación de su hijo(a), al hacerse más responsable de la función que tiene como educador; los maestros y directivas han comprendido la importancia de conocer la realidad sociocultural de sus estudiantes para el ejercicio de su quehacer pedagógico, y los niños y niñas, como beneficiarios(as) del proyecto, han visto transformada su realidad social tanto en casa como en la escuela.
Esta metodología despierta no sólo el interés del estudiante sino, también, del miembro de la familia participante, quién hace un verdadero acompañamiento al niño o niña a través de la búsqueda de conocimientos teóricos sobre los temas de interés -consultas en internet, lectura de diferentes textos, exploración en videos, presentaciones e imágenes-, y mediante el acercamiento a la realidad (conocimiento práctico) -acompañamiento en las salidas pedagógicas, cuidado de mascotas o plantas, elaboración de materiales y obras artísticas-; aspectos que despiertan un interés genuino tanto en el niño como en la familia, no sólo porque se parte de sus intereses, sino porque se ven como poseedores del saber, con el establecimiento de una relación bidireccional y horizontal con el docente.
De igual manera, la participación de los padres de familia en este proceso, ha permitido realizar un paso a la educación integral, esencial en el modelo pedagógico, pues no sólo se alfabetiza, al participar del currículo de la escuela, sino que, también, aprenden a ser mejores padres, puesto que aprenden nuevas maneras de relacionarse con los hijos(as). Un viejo enunciado dice: Educa primero al padre, luego al maestro y si te queda tiempo, educa al niño, esto significa que todos son sujetos de aprendizaje, que en la propuesta de involucrarse todos en la educación del niño y la niña -educar al padre mediante su vinculación a las actividades escolares y a los(as) educadores cambiando las prácticas de aula-, se puede lograr mejores desempeños de los niños y niñas en la escuela.
Figura 1. Registro fotográfico de algunas de las actividades realizadas en el proyecto
Fuente: Archivo fotográfico de las autoras.
Referencias
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[1]Artículo producto de una experiencia significativa en el nivel de Preescolar y Básica primaria de la Institución Educativa Byron Gaviria, de la ciudad de Pereira.
[2] Normalista Superior, Licenciada en Informática, Magíster en Educación, Doctora en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. Rectora de la Institución Educativa Byron Gaviria. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4507-1457, Correo electrónico: jhoannita28@hotmail.com.
[3]Psicóloga, Magíster en Lingüística. Coordinadora de la Institución Educativa Byron Gaviria. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7825-7437, Correo electrónico: coordiconvivenciat@byrongaviria.edu.co.
[4] Licenciada en Pedagogía Infantil, Especialista en Administración de la Informática Educativa, Magíster en Gestión de la Tecnología Educativa. Docente de preescolar en la Institución Educativa Byron Gaviria. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8892-7676, Correo electrónico: yohaana8204@hotmail.com.