EDITORIAL

 

LEER Y ESCRIBIR PARA PUBLICAR

Por: Adriana Lagos Mora

 

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Lagos, A. (enero-junio, 2018). Leer y escribir para publicar. Revista Investigium IRE: Ciencias Sociales y Humanas, IX (1), pp.7-9 doi:10.15658/INVESTIGIUMIRE.180901.01

 

Los estándares de calidad que se exigen a las revistas en el mundo científico, implican una trilogía de factores asociados con las competencias lectoras, escritoras y comunicacionales que deben ejercer los autores, circunstancia que, de una u otra manera, garantiza la calidad de los artículos y, por lo tanto, la difusión de éstos; pero, también, implica una formación, que no es exclusiva de los estudios superiores, sino que se constituye en un proceso que se forja inicialmente en la escuela y en la dinámica de las relaciones humanas. Al respecto, Gorodokin (2005) argumenta:

 

El concepto de “formación” implica una acción profunda ejercida sobre el sujeto, tendiente a la transformación de todo su ser, que apunta simultáneamente sobre el saber-hacer, el saber-obrar y el saber pensar, ocupando una posición intermedia entre educación e instrucción. Concierne a la relación del saber con la práctica y toma en cuenta la transformación de las representaciones e identificaciones en el sujeto que se forma en los planos cognoscitivos, afectivos y sociales orientando el proceso mediante una lógica de estructuración, no de acumulación. (p. 2)

 

Es así como en el escenario de las publicaciones científicas, la gestión editorial debe prever, inclusive, hasta la forma como el lector interpretará la información que se le comunica, y que la misma sea fiel a la pretensión del autor asociada a su disciplina. Ello constituye un factor de calidad y hace parte de la infocultura o cultura de la información- como es llamado este proceso, permeado por los avances tecnológicos, las dinámicas del mundo globalizado y las nuevas formas de comunicación.

 

 

En este sentido, el proceso se constituye en un reto para el desarrollo de la enseñanza y del aprendizaje, y la forma cómo se afronta la educación básica primaria, secundaria y superior; porque, precisamente, el mundo académico y científico se ve abocado a nuevos paradigmas de información, lo cual requiere con urgencia de un proceso de apropiación y nuevos modelos de aprendizaje con miras a decantar la forma como se asume la comunicación y se transfiere el conocimiento; y ello notoriamente repercute en el mundo científico, porque, en últimas, el mundo informático y las nuevas tecnologías se han convertido, necesariamente, en el repositorio del conocimiento por excelencia y, por lo tanto, la informática se ha constituido en el eje transversal al estudio de todas las disciplinas y de la formación científica.

 

De otra parte, es fundamental para la gestión editorial, que la formación científica de los autores atienda a su disciplina, porque ello permite y garantiza el fortalecimiento de competencias fundamentales para la apropiación y transmisión del conocimiento, de tal manera que el discurso científico resulte coherente a la hora de ponerlo en escena para su difusión oral o escrita, o para la enseñabilidad.

 

En efecto, la manera cómo se escribe está aso- ciada a la idoneidad profesional del autor, y ello adquiere una relevancia importante en el mundo científico, lo cual articulado con el aprendizaje fruto de las interrelaciones humanas, imprime un eleva- do grado de confiabilidad a los contenidos que se transmiten. Cassany y Morales (2008), en cuanto al tema, expresan: “Aprender a leer y a escribir géneros discursivos, exige dominar cómo se dicen las cosas, pero también, saber qué se tiene, a quién, con qué propósito, cómo se argumenta y cómo se organiza el discurso” (p.4)

 

Ahora bien, aunado a lo anterior, los requisitos para la indexación que se exigen a las Revistas cien- tíficas, obedecen a estándares internacionales cuyos criterios de evaluación garantizan su visibilidad y su impacto. No obstante, el esfuerzo para los editores, en este aspecto, es enorme, en el entendido que índices bibliográficos como Publindex, atienden a criterios de evaluación internacionales, los cuales, hasta cierto punto, son ajenos a las realidades económica, política, social y cultural de los países en desarrollo, y esto, quiéralo o no, permea a las sociedades y tiene un cierto impacto en el ser humano, lo cual puede incidir en el perfeccionamiento de competencias, reflejándose esto, a su vez, en la producción de manuscritos de autores interesados en la investigación científica. No obstante, el proceso irremediablemente debe responder a estas exigencias.

 

Sin duda, en este escenario, la gestión editorial enmarca una gran responsabilidad para quienes asumen dicha función, pues no solamente se les exige tener la capacidad de dinamizar procesos tendientes a garantizar la calidad de los artículos, sino que, además, deben someter sus revistas a criterios de evaluación internacionales para garantizar la visibilidad y el impacto de las Revistas científicas, criteriosqueprobablementesealejandelasrealidades locales, de la forma cómo se adquiere el conocimiento y de cómo se asume la comunicación.

 

Desde esta perspectiva, el aprendizaje de las formas particulares de construcción de los textos propios de cada disciplina ocupa una parte central en el aprendizaje de la misma: no se trata de algo complementario o marginal que el estudiante pueda aprender por su cuenta o a través de la experiencia. No se concibe este aprendizaje tampoco como algo estrictamente formal o lingüístico. (Cassany y Morales, 2008, p.4).

 

En consecuencia, saber leer y escribir se constituye en un proceso dinámico arraigado en la cultura, en los entornos de socialización como la familia y la escuela, en la sociabilidad con el otro, y que, segura- mente, se fortalece en el pregrado y se espera que se perfeccione en la formación de postgrado; evitando afirmar que ello signifique que existe certeza en el proceso, esencialmente, porque el conocimiento se adquiere de muchas maneras y las competencias se fortalecen en la dinámica del mundo cambiante, globalizado y saturado por las nuevas tecnologías.

 

 

 

 

REFERENCIAS

Cassany, D. & Morales, O. (2008). Leer y escribir en la universidad: hacia la lectura y la escritura crítica de géneros científicos. Revista Memoralia, 5(2), 69-82. Recuperado de

http://cienciasformales.mex.tl/images- new/7/4/6/3/6/LEER%20Y%20ESCRIBIR%20 EN%20UNIVERSIDAD.pdf

 

Dellamea, A. B. (2002). Formación del editor científico técnico. Dominguezia, 18(1), 51-55. Recupera- do de http://www.dominguezia.org/volumen/ articulos/1815.pdf

 

Gorodokin, I. (2005). La formación docente y su relación con la epistemología. Revista iberoame- ricana de educación, 37(5). Recuperado de https://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/36975023/profsrado.epistemologia.pdf?AWSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53U-L3A&Expires=1533742164&Signature=dO1K-D9CoM89QEeMKFGRvQKuGD6I%3D&res-Ponse-content-disposition=inline%3B%20 filename%3DLa_formacion_docente_y_su_re- lacion_con_l.pdf

 

Jiménez, V. M. (2000). ¿Es adecuada la formación científica del profesorado? Deficiencias de secundaria para sus necesidades profesionales. Alambique, 24, 57-65

 

Ferrero, C. L. (2001). La comunicación del saber en los géneros académicos: recursos lingüísticos de modalidad epistémica y de evidencialidad. En V Congrés internacional sobre llenes per a finalitats específiques: the language of internacional communication. Recuperado de http://userpage.fu-berlin.de/vazquez/vazquez/ comunicacion.pdf